viernes, 11 de abril de 2008

De todo un poco.

Han sido días complicados: me torcí un pie y me dieron reposo, (no lo hice completo, resultado aun me duele el pie), Claudia se enfermó de algo difuso e inexplicable: nervios. No quiere comer, se marea, no tiene ganas de ir al colegio, todo le aburre, llora sin motivo, en fin. Joaquín acostumbrado desde que nacio a estar solo con el papá se resiente porque como ahora Pablo trabaja casi no lo ve, resultado está mañoso y quiere pasar pegado a mí, tiene pesadillas y no duerme si no está tomado de mi pelo. Victoria anda idiota, asunto propio de la edad. Pablo anda idiota, asunto propio del cansancio. Y yo estoy depresiva y angustiada, sin razón, sólo porque si, para estar a tono.
Como esto es de todo un poco les voy a recomendar un libro: "Después de aquel viaje" de Valeria Piassa, una brasileña víctima del sida y los esfuerzos que ha hecho para sobrevivir a los prejuicios, más fuertes en su país que aquí. (¿Es posible?). Como los trastornos mentales aquí siguen siendo fuertemente prejuiciados el libro es un buen ejercicio, quiza puedas sacar ideas para vencer los abundantes prejuicios sobre todo con el tema de la depresión, que de tanto abusar del término se convirtió en algo que nadie aprecia en su justa gravedad. Y como decía alguien en un comentario, es verdad que hay conductas depresivas, actitudes personales que llaman a la depresión como: la inactividad, la falta de relaciones, la ausencia de sueños y metas, el pesimismo, la apatía, la falta de aire puro y luz solar (nada de quedarse hechado en la cama o el sillón ¡a caminar se ha dicho!) el mirarse el ombligo y decir ¡pobrecito yo! en lugar de pensar en lo bueno que es ser yo, (de vez en cuando hay que ser agradecido), ademas hay que comer sano: poca azucar, verduras, frutas, y frutos secos en abundancia, mucho liquido (mi doctora dice que por lo menos tres litros de agua al día) y evitar los conservantes, saborizantes, colorantes, y todos los "santes" especialmente la tartrazina (que está en casi todo). Pero el comentarista citado no debe olvidar que hay dos tipos de depresiones: la ambiental que se produce por una crisis en la vida del afectado o un cambio en su entorno o por estres post traumático, y la orgánica que se produce por cambios en los neurotransmisores. De la primera se puede salir con actitud positiva, de la segunda la actitud positiva si bien sirve no te saca por si sola.
Además cuando uno REALMENTE está deprimido no hay razones que valgan, simplemente no puedes hacer más de lo que haces, todo cuesta un kilo como dice mi hija, duele hasta respirar, ni hablar de levantarse, lavarse o salir, son tareas colosales, imposibles. Hay otros estados que no son una depresion propiamente tal, son estados angustiosos, meláncolicos, mucho más leves, y donde la actitud es vital. Antes yo creía que eso: estar triste, no poder dormir, llorar sin motivo, hacer todo lento, era estar deprimida, hasta que me deprimi. No hay comparación. DEPRIMIRSE DE VERDAD ES HORRIBLE, SOBRETODO PORQUE UNO NO QUIERE ESTAR ASI, pero es superior a uno, a todo lo que intenta, lo mejor es no rebelarse, tomarse los remedios, descansar cuando se puede, y pensar que ya va a pasar.
Esta lloviendo, hace frío y Joaquín anda corriendo por la casa en calcetines, dice que no sabe donde dejo las zapatillas, Claudia se levanto de su lecho de enferma porque está aburrida, y además tengo que hacer el almuerzo. ¡Nos vemos!